martes, 12 de febrero de 2013

Basado en hechos reales...


Ese era el momento, no había otro.
El tiempo apremiaba, era limitado, y él lo sabía, aunque no sabía cuánto...
Corrió hacia su cuarto como si la vida dependiera de ello. Desabrochó su sudadera, gris, con letras y números que cualquier persona que supiera leer deduciría que están sacados al azar, y cogió su ropa, la cuál había preparado esa misma mañana horas antes en el radiador para que, al colocársela, el frío invernal no le hiciera temblar.
Se metió en su aseo y, como alma que lleva el diablo, empezó a cambiar sus ropas de morfeo por las que, poco a poco, iban perdiendo el calor que habían adquirido por el esfuerzo que le había costado levantarse a tan intempestivas horas de la mañana.
El tiempo se acababa, y el ruido de lo que no podía permitir empezaba a llegar a sus oídos. Cuando se dio cuenta de ello tuvo que regresar.
Los anuncios habían acabado. Se tiró en el sofá y continuó viendo Castle.. Sé que os parece algo increible, pero es verdad, a mi me ha pasado hoy mismo...

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